PLAZA DE TOROS DE SANTA MARíA LA REAL DE NIEVA
En el año 1848, surgio la idea de construir una plaza para lidiar toros y a este fin se reunieron unos cuantos vecinos de esta villa, el día 6 de abril de dicho año.
Por acciones de a mil reales se reunieron sesenta mil, cantidad que al principio se creyó insuficiente, pero por eso no desmayaron de su intento, pues se reunieron los accionistas y acordaron llamar al vecino de Sangarcía, CarlosGarcimartín, por la circunstancia de haber construido otra plaza en dicho pueblo.
Se acordó construir la plaza en el sitio denominado "Los Noques" que se halla a la salida de la calle de Santiago, para bajar al lugar de Nieva, a la distancia de su puerta principal de 40 pies de la última casa de dicha calle, habitada por Ezequiel Miguel (Este sitio ha sido modificado por la construcción del moderno Colegio de Dominicos).
Este sitio de "Los Noques", se llama así por tradición sin nada que lo justifique. Se justificó al abrir canteras para sacar pizarra, pues desde la puerta principal de la ^laza, en que se dió principio a conmover el terreno hasta la hondonada de la gran cantera que se halla por bajo de la plaza y que mira al pueblo de Nieva, y de donde a fuerza de muchos brazos, se sacaron miles de carros de pizarra, se hallaron soterrados mas de cuarenta Noques de curtir, de dimensiones diversas, unos como de ocho pies de largo, con tres y medio de ancho y algo más de profundidad, picados en piedra natural, tan perfectamente que no obstante haber en el día tantos adelantos no pudieran construirse mejor.
Otros más pequeños cuadrados como de tres pies y medio y otros en fin redondos y embutidos en ellos grandes tinajas de barro y piedra conteniendo cal blanquísima.
En la pared exterior y la que forma el tendido entre toriles y alcantarilla y a una profundidad de seis varas, se halló un horno perféctamente construido al parecer de fundición, formado por grandes y pesadas piedras de sillerías, que parte de ellas forman la portada principal de dicha plaza.
Diose principio a la obra el día 1 de mayo de 1848, y siendo dificultoso sacar más piedra de la cantera como a la distancia se seis varas de la puerta que mira a la embocadura de la calle Mayor, muy productiva.
La construcción de paredes se hizo por dirección del maestro albañil Domingo Fernández con una cuadrilla de Nieva y seis a veinte hombres,que recorren las Castillas (eran gallegos), trabajando con muclto esmero y prontitud.
Las gradas cubiertas y el sobradil fueron construidas por el albarñil. Tomás Rodríguez, vecino de esta villa, no quedando conforme la empresa de su trabajo.
Las columnas y balconcillos por ajuste hablado que a su cargo tomaron Ramón Oviedo y José Barrio, de esta vecindad, asi como la mayor parte de las puertas exteriores, de cuyos sujetos tampoco quedó la empresa muy satisfecha. José Barrio, que era uno de los suscriptores con cuatro, se retiró a los pocos dias. El resto de las puertas y ventanas fueron traidas de Coca, construidas en el taller de Gabriel, quedando satisfecha la empresa por los precios y prontitud de este sujeto.
Las maderas para la construccion de esta grande obra son de los pueblos de Nieva, Tabladillo, Pinilla, Armuña y Añe, y las tablas más fuertes de la gradería cubierta; de Mata de Cuellar.
La tierra para la construcción costó muy poco, pues casi toda se sacó de la misma plaza; no asi el agua, por falta de ella algún tiempo se dirigió un canal desdes el depósito de la fábrica de vapor de don Ignacio Sebastián, que se abrió en la calle de Santiago, lo que resultó costoso, pues eran necesarios ocho obreros para echar agua al canal de diferentes pozos y de la Fuente Santa.
Después de mil dilicultades para allanar la plaza por la pizarra que encontaron, asi como en los corrales, la vieron terminada pocas horas antes de la corrida.
La empresa se comprometió en el dia 15 dé Agosto para la contrata, marchando a Madrid los socios don Ignacio Martin Guadaño y don Bartolomé San Miguel, con encargo de no economizar c'osa alguna.
El dia 26 de Agosto se recibid la n0ticia de estar contratados toros y toreros, aquellos de la acreditada ganadería de don Manuel Bañuelos, vecino de Colmenar Viejo, a precio de 1250 reales cada toro (para dos corridas eran doce toros).
El torero encargado de lidiarles era el diestrn celebre Francisco Arjona Guillén,(Cúchares) contratado con su cuadrilla en la exorbitante cantidad de 29.000 reales, pagados a las ocho de la mañana del siguiente día de la última funcidn, 24 caballos a precios caros.
La empresa tropezaba conque nadie quería la carne de los toros, pero por eso no se apuró.
Los torosresultaron muy bravos, pero los picadores los castigaron horriblemente con picas que habían mandado hacer a propósito, abusando de la inexperiencia de los interesados.
En la segunda corrida, se obligó a los picadores, a cumplir con regla.
A la autoridad se la antojó el segundo dia poner fuego a un toro pue tomó 23 varas con tesón y sin repuzna, lo que originó una protesta.
El famoso y memorable Cúchares y la cuadrilla estubieron bien.
Murieron en los dos dias 9 y 10,12 caballos, quedando a la empresa otros 12 por consiguiente.
En el carnaval siguiente, año 1849, se dieron dos novilladas a proposición de un picador tronado andaluz, José Tapia, corriendo de él los gastos y abonando a la sociedad 3 onzas. Se celebraron los dias 18 y 19 de Febrero con muy buen tiempn y concurrencia.
Se corrieron cada tarde cinco toretes y uno de muerte del Raso del Portillo. La cuadrilla se lució mucho, se fijaron los precios de entrada general a 12 cuartos, quedando el tronado y honrado Tapia, en estado de pordiosear para regresar a la corte.
En los dias 9 y 10 de septiembre de 1849 se contrató a Julián Casas (á) Salamanquino por la cantidad de 23.000 reales. Los toros de D. Justo Hernandez y don Antolin Jerez, ganaderos de Colmenar Viejo, a 1.300 reales cada uno de los doce toros. Se desecharon 30 caballos de 42, viéndose obligada la empresa por no querer compromisos a comprarles la precios